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ANTES AHORA
Ocurrió el domingo 19 de noviembre de 1850. La Caja de Ahorros Municipal de Vitoria abrió sus puertas en los bajos del Ayuntamiento de la plaza de España durante dos horas. La actitud de los apenas 14.000 vecinos de la capital de entonces era todavía de desconfianza a dejar su dinero en manos de desconocidos. No había costumbre y la publicidad distribuida no hizo mella. Sólo acudió una persona, Alejo Landa, un amarrador de 60 años de edad, nacido en Ali y avecindado en la Herrería.
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Landa abrió la primera cartilla con mil reales, el tope que marcaba el reglamento. La seriedad de aquella institución se granjeó con el tiempo el respeto de los vitorianos, que acudieron en masa. Hoy en día, la Caja Vital -fusión de la Provincial y la Municipal- maneja unos activos de 7.600 millones de euros, una cifra tres veces superior al presupuesto de la Diputación, gracias a la confianza de los alaveses. Un 82% de la población tiene algún tipo de cuenta con ella.
Aquel día fue el principio de una íntima relación. Porque «no hay ningún aspecto económico, social, cultural o político de la reciente historia alavesa y vitoriana en el que no haya intervenido alguna de las cajas de ahorro locales». Ésta es la principal conclusión del historiador de la UPV, Santiago de Pablo, tras coordinar la edición de un gran volumen que recogía la evolución de las tres entidades durante los últimos 150 años (1850-2000). La acumulación de datos en ese sentido sorprendió al grupo de investigadores. «La simbiosis es impresionante. Seguir la historia de las cajas es observar cómo han transcurrido los cambios en la vida cotidiana de los alaveses durante el último siglo y medio», agrega de Pablo.
(Fuente del texto: www.elcorreo.com) - (Fuente de las fotografías: Archivo Municipal / Internet)
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