.......
ANTES (Fuente de las fotografías: www.cadenaser.com) AHORA
Formando parte de la muralla castellana de la zona Occidental del recinto medieval, se levanto la torre llamada de Doña Ochanda. Posiblemente como ocurrió con otras torres con otras torres hoy desaparecidas tuvo carácter de fortaleza medieval, al ubicarse hacia el arco de la Herrería, por un lado, y por el otro hacia la puerta del Aldabe.
La torre original fue modificada por voluntad de Doña Catalina de Álava y don Andrés Martínez de Iruña, quienes abandonaron sus dominios en Badaya y se desplazaron a vivir a la ciudad.
Ellos mandaron restaurar la torre anterior en el siglo XVI y la convirtieron en una torre-palacio, más acorde con los nuevos tiempos. Incluso le dieron el nombre de su hija Ochanda, nombre que aun se mantiene.
Posteriormente sufrió diversas transformaciones especialmente derivadas de su uso como edificio de viviendas, hasta que en 1969 se procedió a su restauración.
A partir de ese momento adquirió el aspecto que hoy se puede observar, desapareciendo algunos elementos antiguos que hacían referencia a su función defensiva original y añadiendo elementos nuevos como el coronamiento actual con voladizo sobre modillones. Por último el interior también fue modificado para adecuar el inmueble a un nuevo uso, el museístico.
Actualmente la torre alberga el museo de Ciencias Naturales de Álava.
(Fuente del texto: www.rutasconhistoria.es)
Buscando dotar de una imagen más medieval al caso histórico de la ciudad se rehabilitó la Torre de Doña Otxanda. Aunque es más que probable su carácter defensivo, dada su ubicación en las murallas de la ciudad que discurrían paralelas al río Zapardiel (actual calle Siervas de Jesús), la imagen que hoy podemos ver no se ajusta a la realidad histórica del edificio.
La rehabilitación se llevó a cabo en la década de 1970 por la Caja de Ahorros Municipal, propietaria de varios inmuebles históricos en la ciudad. Se encontró un edificio ruinoso de planta baja, dos niveles superiores y planta bajo cubierta que no sobresalía en altura sobre el nivel de los edificios circundantes y que apenas contaba con madera en su fachada.
El hecho de que no existan planos históricos, grabados o documentos escritos hace imposible saber cómo era la atalaya o, incluso, si existió en algún momento. Por ello, el autor responsable de la rehabilitación consideró oportuno “inventarse” una torre, basándose en otros ejemplos de torre medieval levantados en la misma época en la que fue construida.
Sin embargo, no se consultó con ningún historiador que pudiera arrojar luz a la forma de hacerlo, ni se tuvo en cuenta la arquitectura local existente en esta zona, ya que lo que hoy vemos encaja más dentro de la arquitectura medieval italiana que de la arquitectura de la Llanada Alavesa.
(Fuente del texto: www.gasteizhoy.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario