208. Avenida de Judizmendi

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      ANTES                                                     (Fuente de las fotografías: www.cadenaser.com)                                                 AHORA                                             
Judimendi (monte judío), el término que da nombre a la avenida y al barrio (antes conocido como Judizmendi), tiene su origen en la existencia en el lugar de un cementerio utilizado por los judíos que residieron en Vitoria. Hoy ese espacio es un parque con ese nombre. En 1492 los hebreos tuvieron que abandonar la península expulsados por los Reyes Católicos, por lo que los aquí residentes tuvieron que emigrar. También es conocido el lugar como Polvorín Viejo.
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Cedieron a la ciudad su necrópolis, con la condición de que fuera destinada para usos públicos y no se usara para otros fines, ni se construyeran edificios sobre ella. Esta limitación fue cancelada en 1952 por un convenio entre el Ayuntamiento de Vitoria y la comunidad israelita de Baiona (Francia).

Donde ahora existe un colegio de enseñanza junto al parque de Judimendi, hubo unos pabellones en los que se almacenó armamento y explosivos, desde 1853 hasta 1901. Por eso se conoce al lugar como Polvorín Viejo.

Recuerda Iñaki K. Gárate: “En el parque de Judimendi había mucha presencia de gente. Baste decir que hubo cuatro kioskos, uno denominado La Veleta, otro regentado por un señor llamado Carmelo que también tuvo una panadería en el barrio, otro que lo llevaba la familia que después regento el bar Etxetxoa situado en el parque y que sigue hoy con otro nombre, y por último el denominado La Isla, a cargo de “Poli”.

Era muy habitual tomarse en estos kioskos en verano un porrón de cerveza con gaseosa acompañado de unas aceitunas. Hace 50 años cobraban por 9 aceitunas una peseta. También se jugaba a la rana, que consistía en introducir por la boca del batracio unas chapas metálicas gruesas, lanzadas desde varios metros de distancia.

Hasta 1970 las casas cuya fachada principal dan al parque, no disponían de urbanización, por lo que con mal tiempo había que pasar en ocasiones por un barrizal, para acceder al domicilio. Cuando había estas condiciones climatológicas, las chicas solían llevar dos pares de calzado, uno para utilizarlo traspasando el barrrizal y otro “de vestir” para caminar por la ciudad.
(Fuente del texto: www.cadenaser.com)

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