256. Calle Argentina

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     ANTES                                                                                                                                              AHORA                                             
Este nombre lo ostenta una de las calles céntricas del Polígono de "Chagorricho", que viene a ser continuación de la calle de Serafín Ajuria y termina cerca de la calle de San Viator. En una de sus casas se encuentra una de las pequeñas Residencias de Aprendices, inaugurada el 19 de noviembre de 1974, coincidiendo con los actos conmemorativos del aniversario fundacional de la Caja de Ahorros Municipal de Vitoria.
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El día primero de febrero de 1967 el Ayuntamiento acordó distinguir con nombres de las repúblicas hispanoamericanas y otras las calles que habrían de constituir el Polígono en formación titulado "Chagorricho"; y el 6 de abril del mismo año completaba el acuerdo dando los nombres de otras para las futuras vías en el Polígono número 2, inmediato al anterior. 

El primero, situado entre las inmediaciones de los antiguos términos de San Martín y San Juan de Arriaga; el segundo, al Sur del últimamente citado e inmediato a la carretera de Arriaga. Dos de los Polígonos más importantes, calculados, respectivamente, en 15.000 y 18.000 habitantes.

Se pretendió por el Ayuntamiento, al señalar las calles de estos Polígonos, tributar un recuerdo a las naciones hispano-americanas que, aparte de su significación nacional, tienen alguna de ellas relación directa con nuestra Ciudad por la labor cultural política o apostólica realizada en ellas por vitorianos y alaveses; y en las que otros después, y en la actualidad, han ido a desarrollar y completar su actividad.

Entre otros nombres destacados, aparte los que hemos de citar, figuran Juan Crisóstomo Ansótegui, ministro de la Real Audiencia de Contratación de las Indias; fray Juan de Luzuriaga, Comisario general de Nueva España; Francisco de Echávarri Ugarte. Con algunos otros que ejercieron cargos en el Consejo Superior de Indias; tales como Tomás Ortiz de Landázuri, Bernabé Chinchetru, Juan Díaz Hurtado de Letona y Francisco Leandro de Viana. Sin olvidar, claro es, a fray Francisco de Vitoria, ni a Ramiro de Maeztu.

Fuente del texto: Venancio del Val - año 1979

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