ANTES (Fuente de las fotografías: Foto Arqué - 1958 / Iñaki Armentia - 2014) AHORA
El Ideal Cinema, en la calle Florida, estaba especializado en ofrecer películas “toleradas”, esto es, las permitidas a todas las edades. En la foto aparece la palabra “apta” que significaba lo mismo.
La asistencia al cine era una de las principales distracciones entonces. Las salas se llenaban los fines de semana y a veces había que reservar las entradas con antelación para no perderse la película del momento. Se entregaba una propina a la taquillera para que te tuviera en cuenta para la próxima reserva.
Así mismo se ofrecían programas dobles, como se ve en la fotografía, en la que se proyectaba la película Estrella de Sierra Morena, con Lola Flores de protagonista y seguidamente Cara de Goma. Con una entrada se presenciaban dos filmes, lo que daba tiempo mas que de sobra para merendar o cenar en la butaca. Muchos se llevaban el bocadillo o la tartera con la tortilla y la correspondiente bebida. Existía también entre semana el día de fémina, en el que la entrada tenía menos coste para las chicas.
A la derecha de este cine estaba el acceso al cine Florida, igual que hoy. Sin embargo el edificio fue derribado para construir viviendas.
En aquel tiempo había una calificación moral que la Iglesia adjudicaba a cada película. Clasificada 1: autorizada para todos los públicos; clasificada 2: autorizada para jóvenes; clasificada 3: autorizada para mayores; clasificada 3-R : para mayores, con reparos; clasificada 4: gravemente peligrosa.
En las películas con escenas atrevidas, era habitual que el censor efectuara cortes en la cinta, produciéndose en ocasiones en la sala un abucheo generalizado y silbidos de protesta, al detectarlos.
A este respecto Pablo Álvarez Lobato en su estudio sobre “Censura sexual del cine en España: una breve historia", indica lo siguiente: “En algunos periódicos se negaban a publicitar películas clasificadas 4 y en algunas salas se negaban a exhibirlas, lo que da una idea de la importancia de esta clasificación moral dada por la Iglesia. La hoja parroquial que publicaba esta clasificación llegó a tener una enorme importancia porque era el único material de consulta por parte de la gente de a pie sobre el cine bueno y el cine malo y era ampliamente aceptada.
En las catequesis se decía que cualquiera que viera una película clasificada con el número 4, como por ejemplo Gilda o Arroz amargo, aunque fuera un adulto, si era atropellado mortalmente por un automóvil sin haber tenido antes tiempo de confesarse, iba de cabeza al infierno para toda la eternidad. Sin embargo esta clasificación, con el tiempo, lejos de ser una orientación para evitar las películas 3, 3-R y 4, se convirtió justamente en lo contrario y el público buscaba precisamente esas películas para ir a verlas”.
(Fuente del texto: www.cadenaser.com)
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