ANTES (Fuente de las fotografías: www.vitoriaayeryhoy.blogspot.com - Hilario G.T.) AHORA
Esta calle, sita entre las plazas de la Virgen Blanca y la de la Provincia, trazada en parte de lo que fue el principal paseo vitoriano que, con el nombre de "El Espolón", antecedió al parque de "La Florida", había sido conocida antes con el nombre de calle de las Huertas.
Sin duda porque aquí comenzaban antes las huertas vitorianas, que todavía las hemos visto desaparecer a finales de los años cincuenta del siglo XX. Luego se llamó de las Cercas Altas, habiendo llegado hasta la calle Aldave.
El año 1822 le fue dado el nombre de "Constitución", en recuerdo de la transformación política que en aquellos días se operaba con el restablecimiento de la ley constitucional de 1812. Nombre que también llevaba, hasta 1876, el callejón que, comunicando la calle con la Plaza de la Provincia, se ha llamado luego de la Alberca Vieja.
Desde 1939 hasta 1964 se llamó del Generalísimo Franco. Y el 31 de enero de este último año recibió el que ahora ostenta.
Para proceder a la edificación de las primeras casas levantadas en esta calle fue preciso, el año 1820, efectuar el embocinado del río Zapardiel que discurre bajo la misma, hacia el Portal de Arriaga. Cuando se hallaba descubierto se le veía estrecho y medio seco en el verano, lamiendo la cerca que cerraba la población, situada aproximadamente donde se hallan las casas del lado derecho, a espaldas de las de la calle Herrería.
Al final de la calle, en su encuentro con la Plaza de la Provincia, existía un arco, llamado de San Roque, donde arranca el callejón de este mismo nombre que sube hacia la Correría. Unía la última casa de la derecha con la primera de la citada plaza que se encuentra enfrente.
Ha habido en esta calle varios establecimientos característicos y populares que pueden ser recordados. En uno de los pisos de la casa señalada con el número 2 estuvo instalada la primera Casa de Banca vitoriana, titulada de Valle, que también estuvo en la esquina de Becerro de Bengoa y General Loma, donde tuvo su origen el Banco de Vitoria, y en la calle de Postas.
En una de las plantas bajas de la misma casa estuvo la chocolatería de Armentia; en tiempos más recientes, "La Giralda", de bisutería y otros artículos. Conocimos el estabiecimiento de artículos propios de zapatería de Pablo Femández de Trocóniz, y hasta hace muy pocos años, el almacén de tejidos de Cipriano Martínez, conocido por "Los pañeros", en los últimos tiempos regentado por Julián Benito.
En la casa inmediata estuvieron las oficinas de "Aguas potables de Vitoria", hasta 1947; las tuvo también el procurador de los Tribunales Antonio Criado y vimos el almacén de pieles de Ramiro Gómez, que sucedió a su hermano y padre, respectivamente, Enrique y Severo.
En el número 8 estuvo abierto durante no mucho tiempo el bar "El Ruedo", donde se fundó y estableció el año 1948 la "Peña Taurina Vitoriana", que en seguida se trasladó al café "Iruña", en la plazuela del Arca. Inmediatamente antes estuvieron la librería "Easo" y la mercería de Ibáñez.
En tiempos más lejanos tuvo su relojería Florencio Sosa en el número 4.
En el 6, más recientemente, la sastrería de Carmen Mateo y el comercio de tejidos de Antonio Íñigo.
En el número 10 estuvo la que fue famosa fonda de "La Juana", que luego se trasladó a la calle Postas. En los mismos locales estuvo el almacén de música de Dotesio y Luna, que antes había estado en la calle Postas. Le sucedió el comercio de novedades titulado "Fémina".
En el número 12 estuvo la ebanistería de Portilla. En seguida se encontraba la librería de viejo de Nicolás.
En el 20, la peluquería de S. M. Ascorreta. E inmediata, la tienda de ultramarinos de Dionisio Viñaspre, cuyos hijos la tuvieron hasta hace poco casi enfrente. Al padre de éstos, en el 22, precedió el establecimiento de ultramarinos de la Maxi. Por este mismo sitio tuvo su taller el pintor Lafuente.
En el número 22 estuvo hasta 1958 el almacén de hierros de Sucesores de Aguirre, que luego estuvieron en la Plaza de la Provincia, junto al callejón de la Alberca Vieja y después fueron al Portal de Gamarra.
En la última casa antecedió al establecimiento actual una funeraria, a la que precedieron los ultramarinos de Lazcano y luego de Bias Salazar.
En el otro lado de la calle fue muy conocido y popular el establecimiento de muebles usados de Víctor Arcaute, luego de su viuda e hijos, y más distinguido por "La canela".
Inmediatamente antes, en la primera casa, estuvo la carnicería de Víctor Viteri. Hace algunos años ha desaparecido el bar "La Parra". También en una de las plantas bajas del número 3, el taller de platería de Zoilo Acha. En el 5, antes del comercio actual, estuvo el de José Olariaga, también de ultramarinos. En la segunda mitad del siglo XIX se hallaba la fábrica de curtidos de Juan Goiti.
En el 11 estuvo la tienda de ultramarinos y panadería de Urquiola hasta hace unos cuantos años. En el 13 fue muy popular el cafetín titulado "El Madrileño".
A continuación, antes de llegar al callejón de la Alberca Vieja, estuvo hasta hace pocos años la fonda Elguea, antes Eguilaz, después de haber sido de Frutos Murga hasta 1897. De dicho lugar partía la diligencia para Murguía, hasta que, entrado el siglo actual, se sustituyó por los coches automóviles.
Al fundarse la Sociedad Recreativa "El Rincón Amado", primera de su género, el año 1935, quedó establecida en los locales que han permanecido hasta su derribo hace pocos años.
Pasado el callejón, tuvo hasta que se cerró, no hace mucho, su taller de artículos de madera Emeterio Garay, en cuyo escaparate se solían ver trompos y bolas de billar. A continuación tuvo su almacén de vinos Antonio Herrera.
En un plano del año 1825 vemos que hacia el mencionado callejón se encontraba un estanque.
De los más antiguos establecimientos comerciales de la calle es el de curtidos y artículos para el calzado de Iriarte, casa fundada en 1890 como fábrica de curtidos de Guinea e Iriarte.
Inmediatamente, en el número 23, hubo una panadería famosa conocida por la de "Las cucarachas", a cuyo frente estaban tres hermanas modistas.
En el mismo lugar estuvo algún tiempo la pescadería de Mendiola, que luego pasó al 3 de la misma calle, y luego el estanco, que en el año 1960 desapareció, sustituyéndole el que sigue existiendo en el portal de la casa contigua, número 23.
En la anterior fue popularísima, hasta que desapareció en 1953, la librería de viejo conocida por "Casa Cucha", nombre debido al oficio de cucharero que tenía el que inició aquel establecimiento, fomentado por su hijo, Cándido Uralde, al que sucedió su hermana Felisa.
En el último local, esquina a la Plaza de la Provincia, hubo muchos años una alfarería que, a principios de siglo, la tenía Juan Giménez, que la atendía habitualmente su esposa, mientras él regentaba un estanco en la calle de Dato.
Posteriormente siguió con el mismo destino y en el mismo local de la alfarería tuvo su estudio el artista decorador Isaac Díez Ibarrando, que era yerno de aquél y que, entre otros trabajos, realizó algunos de los gigantes para las fiestas de Vitoria. Formó aventajados alumnos; entre ellos, Víctor Guevara y Enrique Sáez, con cuyo anagrama "GYS" se abrió la primera Sala de Exposiciones de pintura en el mismo lugar.
Fue conocida antes la escuela de San Casiano, a cuyo frente estaba el maestro Larrazábal.
En esta misma calle hubo otra fonda llamada "La Zuyana", de Frutos Sáez del Burgo. Hubo también una fábrica de baúles de Eugenio Moraza.
En el número 5, el almacén de granos de Abel García. En el 19, la peluquería de Eusebio Ortiz de Lejarazu, trasladada a Postas y luego a Francia.
En el 12, un herrero, así como una frutería, con un subterráneo que servía para cuadra de mulos.
En el piso primero de la casa número 23 vimos, entre los años 1931-36, el Círculo republicano radical.
(Fuente del texto: Venancio del Val)
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